Las limas de cristal o de vidrio, a diferencia de las de cartón, que se doblan, despegan o rompen, cuentan con una textura arenosa mucha más suave y fina.
Lo que las hace ideales para acabados más limpios, sin bordes porosos o rasgados, lo que significa un menor número de rupturas y accidentes en tu manicura.
¿Cómo limpiarla?
El paso es muy sencillo, después de cada uso puedes lavarla con jabón o aplicarle quita esmaltes para limpiarla, o simplemente aplicar algún desinfectante como alcohol, dejas que seque por completo y la guardas, lo que hace que sea una opción más duradera y completamente higiénica.